Nos acercamos al año de pandemia, apreciando grandes cambios en el consumo y muchos cambios en el comportamiento del consumidor, el Coronavirus ha derrumbado nuestros hábitos para construir una coraza en cada uno de nosotros a nivel personal y social.
Ahora vivimos un momento en el que las prioridades han cambiado, una situación en la que debemos hacer foco y confiar en nuestros equipos.
Como bien dice ED Catmul en el libro Creatividad S.A., “No le digas a la gente cómo hacer las cosas, diles qué hacer y deja que te sorprendan con el resultado”.
La crisis está golpeando el consumo y cambiando el comportamiento de los usuarios. Algo que se está notando también en una industria tan esencial como la de la alimentación.
Comportamiento del Consumidor
Un sector que también ha aprendido mucho de esta pandemia como destaca José Miguel Herrero, Director General de la Industria Alimentaria en el Ministerio de Agricultura: La situación provocada por la pandemia del virus COVID-19 ha marcado un antes y un después en nuestra sociedad. A nivel del sector alimentario español ha servido para darnos cuenta de que nuestro país tiene una cadena alimentaria resistente, eficiente y capaz de garantizar el abastecimiento a nivel nacional e internacional.
Además, desde el lado del consumidor, hemos visto cómo su comportamiento (condicionado en gran medida por el confinamiento en los hogares) ha dado giros de 360. Si la crisis de 2012 ya cambió cómo compramos y cómo nos relacionamos con la manera de alimentarnos, esta crisis nos ha hecho volver a la esencia de nuestra alimentación.
Hemos vuelto a valorar los alimentos, en gran medida porque hemos sentido la fragilidad de la existencia y hemos tenido mucho más tiempo (ese bien tan escaso en la sociedad moderna). La gastronomía nunca muere y está grabada en nuestro ADN la cultura gastronómica.

¿Seguiremos apostando por los productos locales?
Ahora que nos enfrentamos a un nuevo contexto ¿se mantendrá la venta online? José Miguel Herrero lo tiene claro: Una vez recuperada la llamada ‘nueva normalidad’ hemos sacado interesantes enseñanzas que no deberían olvidarse. La cadena alimentaria resiste.
Los agricultores y ganaderos han estado al pie del cañón garantizando el suministro a la industria y al comercio minorista. A su vez, estos eslabones de la cadena también han trabajado sin descanso y han seguido produciendo alimentos de calidad y sin una subida desorbitada de los precios de los alimentos.
Los canales de aprovisionamiento de proximidad, conveniencia y con un surtido amplio de productos frescos han sido los triunfadores.
También se ha disparado la venta online, gracias al excelente nivel tecnológico de nuestro país. También los productores han desarrollado canales de venta directa que han gozado del gusto de los consumidores, ávidos por comprar productos de proximidad y así ayudar a la comunidad.
Nos hemos sentido más que nunca inseguros, vulnerables y con mucha incertidumbre y hemos encontrado en la gastronomía casera un refugio para disfrutar, evadirnos, compartir, retarnos y descubrir que éramos capaces de emular a cocineros a los que admiramos.
Éstos también han mostrado su generosidad ayudándonos a preparar esas recetas y a conocer los pequeños y grandes secretos de los alimentos.
Y si nos centramos en el plano empresarial, e incluso laboral, es el momento perfecto para confiar en tus instintos y llevar una velocidad adecuada, ¡no te frenes!
Ahora hay que tener claro que muchas empresas van a retroceder por miedo, y si tu andas con paso firme, saldrás reforzad@.
Al final cuando hablamos de “foco”, queremos dar a entender que es importante elegir un rumbo cuanto antes. Es mejor elegir un rumbo y tener tiempo para equivocarse, que navegar a la deriva.
Son tiempos difíciles para comunicar, imposibles de planificar, y complicados para elaborar una estrategia a largo plazo. Esta complejidad nos está preparando para trabajar en una dimensión más exigente y bajo presión, que requiere observar, escuchar y pensar con una perspectiva totalmente diferente a la que solíamos tener.
Tiempos de cometer errores y permitir cosas que antes no se pasaban por la cabeza. Son tiempos en los que la jerarquía en muchas empresas se ha visto destruida, equipos bajo mínimos por los ERTES, bajos presupuestos y economía de crisis en un entorno de confinamiento, ¡nadie estaba preparado para esto!

¿Cómo te preparas para trabajar en un entorno post pan-démico?
Pensando simplemente en aprender, con humildad y con muchas ganas de luchar. Parece una respuesta típica, pero es la única posible, una vez más queremos dejar claro que nadie estaba preparado para esto.
¿Las empresas estaban preparadas para cerrar dos meses?
Empresas que eran referentes, muy rentables, portadas de revistas de negocios como ejemplos de éxito, ahora están arruinadas. Sectores que parecían invencibles, artistas que se encontraban en la cresta de la ola, empresarios que por la rentabilidad de sus negocios habían decidido aventurarse en una inversión fuerte para crecer.
¡Boom! Todos han recibido un golpe directo que los ha hecho caer en la lona. Airbnb, Booking, Uber, Primark… Ni ellos estaban preparados para lo que les ha ocurrido. Las cosas han cambiado, y la nueva realidad es que negocios que hasta ahora eran inversiones seguras en bolsa, ahora ya no lo son. ¿Por qué? porque ahora un inversor tendrá en cuenta que una pandemia es posible.
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